Salvador, no conforme con la tremenda bronca que me daba, arremetió con una soberana bofetada.
¿Cuánto tiempo sin recibir una bofetada en la cara?, y se ancla la reacción infantil de niño culpable de alguna travesura, y a la vez sabe a abrazo, porque lo hace un amigo, que me pone en valor y quiere que reaccione.
“El rey de los gilipollas, el más grande,... Leer más »